
Corrían tiempos difíciles en el año 1.930 y 1.931, el país atravesaba una crisis económica y política donde subsistir era el único objetivo. A pesar de todo ello la fiesta debía de salir a la calle y le correspondía a la fila Cordón presentar al alférez, que al año siguiente seria también el capitán de las fiestas alcoyanas.Una mañana del año 1930, Alcoy aparecía adormecida, era un día como otro cualquiera. Entro un hombre de unos 55 años en el bar con un chaquetón largo que le llegaba hasta los pies. Tenia buena planta, era bastante alto y corpulento, con la mirada franca, portaba un sello en el dedo anular con sus iniciales; “M.V.”. Intercambio un par de saludos y se adentro en el local. Escucho la conversación que sostenían los dos conocidos que había saludado con anterioridad y pidió permiso para inmiscuirse: “¿de que estáis hablando?, ¿mi fila y mi ciudad no tienen capitán?, eso tiene fácil solución; ¡aquí estoy yo para lo que haga falta!”. Dio un golpe fuerte sobre la barra del bar y dijo: “aquí tenéis al “ministre” capitán que estabais buscando”. Sus dos contertulios se quedaron anonadados. Sabían del carácter y personalidad de su compañero, (Miguel Valor Peidró), su palabra era ley y era un hombre trabajador, pero el bolsillo no estaba para fiestas. Algunos ciudadanos decían que se necesitaba un ministro para desempeñar dicho papel. Pasaron unos meses y el compromiso se hizo realidad. Para festejar tan magno acontecimiento se montaron unas mesas donde pulcramente se dispusieron las viandas que formaban parte del ágape. El menú fue variado y acorde con las circunstancias. Sin grandes lujos, pero no falto de nada. Todo ello regado con una garrafa de Café Licor y otra de vino. “El ministre” disfruto viéndose rodeado de tantos amigos y todos se congratularon de que una persona tan carismática fuera quien les representase en las fiestas de su ciudad.Han pasado los años, visto desde la distancia parece una anécdota más de tantas que la fiesta da, pero para mí tiene mucha importancia, ya que el sello que aquel día golpeo la mesa, tras pasar por cuatro generaciones (Miguel Valor Peidró “el ministre” -mi bisabuelo-, Miguel Valor Castañer –mi abuelo-, Miguel Valor Peidró –mi padre- y Miguel Valor Climent –el que suscribe-), esta hoy en mi dedo. Gracias a todos ellos, hoy pueden leer ustedes este articulo y puedo decir con orgullo que yo tuve un bisabuelo ministro, capitán, alcoyano y festero.
MIGUEL VALOR CLIMENT (CRONISTA FILA BERBERISCOS).